AGUA Y FORMA DE RIEGO

 

Es muy importante que el agua que usemos para regar nuestras plantas, sea muy pura.

 

 

Lo ideal es usar agua de lluvia, siempre que la atmosfera esté limpia. A veces, las primeras lluvias arrastran consigo las partículas de la atmósfera. Yo recolecto y almaceno agua de lluvia para disponer de ella en la estación seca.

 

Otro agua que podemos usar es el agua destilada. Se usa para centros de planchado, radiadores, etc.  y  se puede conseguir en supermercados y droguerías.

 

Al igual que el agua destilada, el agua resultante de aires acondicionados y aparatos de ósmosis inversa también podemos utilizarla.

 

En algunas zonas, el agua de grifo no contiene cales y, dejándola reposar unos días para que se libere el cloro, podremos usarla siempre y cuando su ph no sea superior a 5 o 6.

 

 

 

Método de riego

 

 

 

 

 

 

Las sarracenias, droseras subtropicales y utricularias necesitan que esos centímetros de agua sean constantes. Mientras otras, como la Dionaea Muscipula, necesitan descansos.  

 

Otras en cambio, tienen problemas si el sustrato se mantiene muy húmedo, como los Cephalotus, las Darlingtonias y las nepenthes.

 

Para los Cephalotus, regaremos por arriba, como una planta común y no volveremos a regar hasta que el sustrato esté medianamente seco, cada 2 o 3 semanas (depende de cada clima). Sus raíces son propensas a la pudrición por exceso de humedad.

 

Las Darlingtonias necesitan circulación de agua vertical en el sustrato. Así que regaremos diariamente  por arriba con agua fresca, ya que las raíces de esta carnívora sufren si la temperatura de sustrato no es baja.

 

Para las nepenthes, regaremos cada dos o 3 días, vigilando que el sustrato este húmedo (ni por exceso ni por defecto).